L.C.C Pablo Arévalo
EPISTEMOLOGÍA
¿Por qué es necesaria la Epistemología para una teoría y práctica educativa?
Aunque la tarea educativa ha existido siempre, el estudio de la misma es reciente, tratando de hacerlo con seriedad y sistematización. De este modo se han generado diversas corrientes que analizan y proponen modelos pedagógicos que pueden orientar la práctica educativa haciéndola más fructífera. No obstante, varios de esos modelos se contraponen excluyéndose, si no en todas sus dimensiones, si en varios de sus postulados principales, baste ejemplificar esta situación con las corrientes conductista y constructivista.
Cada una de esas corrientes, ha surgido por la presencia de diversos componentes históricos, preocupaciones y análisis, lo que las ha conducido en un gran número de ocasiones a constituirse no sólo en modelos pedagógicos particulares sino además en paradigmas ideológicos, tantas veces en simples modas. La tentación de convertir un modelo particular en el único es recurrente. Así mismo es bien conocida la tendencia a censurar alguno de esto modelos, tachándolos de antiguos y ya superados.
¿Por qué ha sido posible esto? Una de las respuestas más clarificadoras puede ser que el desarrollo técnico de dichos modelos no ha sido acompañado por una reflexión crítica que le de sustento, claridad, adecuación y viabilidad, es decir que la particularice en sus aportaciones para identificar sus campos certeros de aplicabilidad fiable y cierta, es decir, toda la situación antes descrita se debe en gran medida a una falta de desarrollo epistemológico para la pedagogía.
A continuación exponemos un recorrido de algunas de las cuestiones que consideramos importantes que pueden ser abordadas por dicha reflexión epistemológica.
Uno de los aspectos será el de clarificar las cuestiones referidas al problema del conocimiento, en un primer nivel, tratar de aclarar las relaciones entre el sujeto que conoce y el objeto por conocer, por ejemplo, ¿quién puede ser el sujeto que conoce?, ¿bajo qué condiciones es posible afirmar que quien intenta conocer es un sujeto?, ¿cualquier intento de conocer puede denominarse científico?, ¿qué requisitos deben cubrirse para afirmar que el intento de conocer es válido y tiene, además, posibilidades reales de arribar a un conocimiento fiable?
Y referente a aquello que se quiere conocer, ¿es posible conocerlo?, ¿en qué circunstancias?, ¿cuáles de sus aspectos son conocibles?, ¿aquello “se deja” conocer de forma pasiva o más bien la relación que establece con el sujeto es dinámica?[1], ¿qué nivel de suficiencia puede alcanzarse en aquello por conocer?
Así mismo, debe reflexionarse sobre lo que es propiamente pedagógico. Diversas disciplinas estudian el acto educativo, por ello es necesario precisar lo típicamente pedagógico. Las tareas educativas que realizan los padres de familia, las acciones gubernamentales que pretenden educar a los ciudadanos, la docencia universitaria, ¿se pueden considerar todas ellas acciones pedagógicas?, la inculturación, la enajenación, lo que se aprende en la calle o por medio de internet ¿es pedagógico?, ¿lo pedagógico es sinónimo de educativo?, y cuando uno debe desaprender o reaprender ¿también eso es lo propio pedagógico?, ¿imprimir en el pensamiento las ideas y los datos, estampar conocimientos o excitar la fantasía[2] es hacer pedagogía?
Así mismo, debe reflexionarse sobre lo que es propiamente pedagógico. Diversas disciplinas estudian el acto educativo, por ello es necesario precisar lo típicamente pedagógico. Las tareas educativas que realizan los padres de familia, las acciones gubernamentales que pretenden educar a los ciudadanos, la docencia universitaria, ¿se pueden considerar todas ellas acciones pedagógicas?, la inculturación, la enajenación, lo que se aprende en la calle o por medio de internet ¿es pedagógico?, ¿lo pedagógico es sinónimo de educativo?, y cuando uno debe desaprender o reaprender ¿también eso es lo propio pedagógico?, ¿imprimir en el pensamiento las ideas y los datos, estampar conocimientos o excitar la fantasía[2] es hacer pedagogía?
Más, ¿las teorías pedagógicas responden a las necesidades reales de la práctica educativa?, ¿son viables, cuándo, en qué circunstancias y bajo qué condiciones?, ¿qué elementos deben cumplirse para que pueda integrarse de manera suficiente una teoría pedagógica?, ¿bajo qué condiciones y en qué casos puede aplicarse una de estas teorías?
Otra línea de preocupaciones epistemológicas pueden ser las referidas a la estructura científica de la pedagogía.
Por ejemplo, ¿qué requisitos debe tener un saber para ser considerado ciencia?, los saberes pedagógicos ¿cumplen esos requisitos?, o es más ¿pueden cumplirlos?, ¿es importante que la pedagogía alcance el nivel de ciencia?, ¿por qué?, ¿en qué estado se encuentran hoy las teorías pedagógicas?, el empirismo, el utilitarismo pedagógico, la Escuela Nueva, el enfoque fenomenológico, la axiología pedagógica ¿pueden aportar elementos que tengan carácter de científicos?, ¿cuáles?, ¿qué saberes pueden así ser alcanzados?, ¿existe o puede existir un método pedagógico universal?, ¿qué debería contener y a qué finalidades puede llegar?
Una tercera línea de cuestionamientos que pueden ser abordados desde la reflexión epistemológica y que creemos serían de gran utilidad para la pedagogía son los referidos al paradigma social de esta disciplina.
Dado que toda teoría, ya lo decíamos, se construye según ciertos referentes sociales, trata de responder a ciertas preocupaciones y a resolver determinados conflictos, o bien a proponer diversos valores. Por esa misma situación podría verse limitada para entender otros, ¿por qué es así?, ¿cuáles son las consideraciones que deben tomarse en cuenta para que estas particularidades históricas y sociales no invaliden las diferentes propuestas pedagógicas?
Los distintos modelos explicativos están vinculados a particulares proyectos éticos y políticos. Ninguna actividad humana escapa a los componentes ideológicos que la impulsan.
Todo ello ¿inhabilita el modelo pedagógico derivado, o más bien lo potencia?, ¿cuándo lo uno y cuándo lo otro?, ¿qué aspectos de dichos proyectos pueden auténticamente traducirse en consideraciones pedagógicas válidas?, ¿qué posibilidades pedagógicas tiene tal o cual proyecto?, ¿de qué manera puede adaptarse un determinado modelo pedagógico a una situación histórica y cultural distinta de la que lo engendró sin perder su rigor y validez?, ¿qué aspectos deben tomarse en cuenta para que un modelo determinado pueda generar otro?, ¿bajo qué condiciones es factible y riguroso asumir los postulados de cierto modelo para ser absorbidos por otro?, ¿qué consideraciones deben seguirse para que la comparación de diversos modelos pueda ser rigurosa y válida?
No existe un único modo de hacer pedagogía, ¿cuáles son los mínimos que deben ser considerados?
Como se puede apreciar, las consideraciones epistemológicas que pueden abordarse respecto a la pedagogía son muchas y muy significativas, lamentablemente “en las condiciones actuales el docente no se percibe a sí mismo como un intelectual, en este sentido no tiene (y no percibe) la obligación de construir conceptos, fundamentar en un orden conceptual sus puntos de vista, etc., quedando atrapado en una repetición de información”[3], por lo que el esfuerzo que debe hacerse es, por lo menos, doble. Por un lado, el de que el docente reconozca la necesidad de preguntarse respecto de su tarea así como de implicarse en tentativas de respuesta, y por otro lado el de formalizar esas tentativas de manera que puedan ser expuestas, dialogadas, criticadas y en su caso, compartidas por la comunidad pedagógica.
Ya en otro momento afirmábamos que asumir el trabajo de fundamentar teórica y críticamente la propia práctica pedagógica otorgaría legitimidad y solides tanto al docente como al propio acto educativo, abriéndole el panorama a nuevas posibilidades y caminos. Pasar de una práctica útil y socialmente reconocida a una teórica y rigurosamente fundamentada, de una técnica funcional a un quehacer científico, elevaría la tarea pedagógica.
No existe un único modo de hacer pedagogía, ¿cuáles son los mínimos que deben ser considerados?
Como se puede apreciar, las consideraciones epistemológicas que pueden abordarse respecto a la pedagogía son muchas y muy significativas, lamentablemente “en las condiciones actuales el docente no se percibe a sí mismo como un intelectual, en este sentido no tiene (y no percibe) la obligación de construir conceptos, fundamentar en un orden conceptual sus puntos de vista, etc., quedando atrapado en una repetición de información”[3], por lo que el esfuerzo que debe hacerse es, por lo menos, doble. Por un lado, el de que el docente reconozca la necesidad de preguntarse respecto de su tarea así como de implicarse en tentativas de respuesta, y por otro lado el de formalizar esas tentativas de manera que puedan ser expuestas, dialogadas, criticadas y en su caso, compartidas por la comunidad pedagógica.
Ya en otro momento afirmábamos que asumir el trabajo de fundamentar teórica y críticamente la propia práctica pedagógica otorgaría legitimidad y solides tanto al docente como al propio acto educativo, abriéndole el panorama a nuevas posibilidades y caminos. Pasar de una práctica útil y socialmente reconocida a una teórica y rigurosamente fundamentada, de una técnica funcional a un quehacer científico, elevaría la tarea pedagógica.
Este reto se plantea cada vez con más urgencia, dadas las condiciones globales del multiculturalismo y el creciente relativismo. Frente a posiciones fanáticas y aparentemente arbitrarias, una propuesta y un diálogo debidamente fundamentado pueden abrir puertas insospechadas. Por otro lado, parece ser ese el único camino posible.
[1] Sobre este particular puede referirse a las proposiciones de la filosofía intersubjetiva que afirman que la relación que se establece en el acto del conocimiento no es la de sujeto-objeto, sino la de sujeto-sujeto (Husserl, Escuela Crítica de Frankfurt, Bergson).
[2] Cfr. Giner, F. “Educación e Instrucción” en Análisis Epistemológico de la Teoría Educativa, Antología de Lecturas Básicas, Universidad La Salle Pachuca, p. 22.
[3] Espinoza, A. “Necesidades Epistemológicas del Proceso Educativo” en Análisis Epistemológico de la Teoría Educativa, Antología de Lecturas Básicas, Universidad La Salle Pachuca, p. 47.
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